Llanto de la Magdalena
| Aquí, vemos el narcicismo de la Magdalena antes de su arrepentimiento. Se la puede describir como una persona vibrante que gozaba saliendo de noche para asistir a las fiestas. Le gustaba ser el centro de atención para mostrar su belleza a todos. La representación de María Magdalena pecadora siempre sigue a una escena en que su hermana, Marta, le avisa de que debe preocuparse por su buena reputación. Estas escenas presagian su encuentro con Jesucristo y su arrepentimiento. |
A la Magdalena
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María Magdalena lavando los pies de Jesús
Para separarse del eros que le motivaba buscar su placer en sus experiencias públicas y su cuerpo, conoció a Jesús Cristo. De repente, se encendió un fuego dentro de su corazón y necesitó arrepentirse de su vida pecadora. Se puso de rodillas enfrente de Él, pidiendo perdón a Dios Todopoderoso. Confesó su pecado y empezó a llorar. Lavó los pies de Jesús con sus lágrimas y usó su pelo para secarlos. Sus cabellos, que eran un símbolo de su sensualidad, se habían convertido en un objeto que mostraba su servicio y devoción al Padre y su Hijo. Su eros se había convertido en agape. |
Las lágrimas de la Madalena
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Al pie de la cruz
Desde su posición al pie de la cruz, después de la crucifixión de Cristo, Lope de Vega representa a María Magdalena arrepentida. Renuncia a toda la lujuria para vivir una vida arrepentida. Ama a Dios y Jesús descrito como esposo. María se quedó para ver el entierro de Jesús y fue la única en verlo cuando subió al cielo. La revelación de Jesús a María Magdalena muestra su importancia como su discípula. |